Ricardo Herrmann, CEO de Tabacalera Sarandí, nos cuenta cómo funciona el sistema de estampillado de los paquetes de cigarrillos, el control online por parte de ARCA y de la Casa de la Moneda y la imposibilidad para fraguar este sistema.
Desde Tabacalera Sarandí rechazamos de manera categórica las falsas acusaciones vertidas en las últimas horas contra nuestra empresa y su Director, Pablo Otero. Se trata de una denuncia sin ningún sustento jurídico ni fáctico, que responde a una clara maniobra de persecución política y económica.
Esta operación tiene como único objetivo perjudicar a una empresa nacional que ha crecido en base al esfuerzo, el cumplimiento de las leyes y la competencia leal. Pretenden desplazarnos del mercado argentino para beneficiar a una multinacional extranjera: Masalin Particulares, perteneciente al grupo Philip Morris, que utiliza al ARCA para presionar en una disputa de mercado entre privados.
La denuncia impulsada por el ARCA responde y es funcional al histórico lobby ejercido por estos grupos concentrados que no toleran la existencia de una empresa nacional competitiva en el sector del tabaco. No es la primera vez que enfrentamos ataques sistemáticos destinados a quebrarnos o forzarnos a entregar nuestra participación en el mercado.
Según la denuncia de ARCA publicada en los medios de comunicación, motorizada por la señora Natalia Pérez Aguín gerenta de Comunicaciones de Massalin particulares. Algunos distribuidores habrían cometido irregularidades al vender cigarrillos a comercios o consumidores, y por eso también acusan a Tabacalera Sarandí de participar en una maniobra para “blanquear” dinero de origen ilegal.
Desde Tabacalera Sarandí señalamos varios puntos para sostener que esta denuncia es una nueva operación sin sustento jurídico:
1. No hay pruebas ni acusaciones directas contra Tabacalera Sarandí. No se dice que Tabacalera Sarandí haya hecho algo mal, ni que haya vendido o cobrado productos de forma irregular. La denuncia reconoce que esas ventas existieron y fueron reales.
2. La acusación es absurda desde lo económico. Más del 85% del precio de un paquete de cigarrillos son impuestos. Si alguien quisiera lavar dinero, no lo haría usando una actividad con tanta carga impositiva. Sería ridículo perder el 85% del dinero solo para ingresarlo al sistema legal a través de la venta de cigarrillos.
3. En resumen, la denuncia contra Tabacalera Sarandí no tiene fundamentos, porque: No se discute que las ventas se hayan hecho realmente. No se acusa a Tabacalera Sarandí de haber actuado de manera ilegal. La teoría sobre cómo habrían lavado dinero es ilógica y no se sostiene.
Tabacalera Sarandí ha sido, desde su fundación, una empresa comprometida con la producción nacional, el empleo argentino y el cumplimiento estricto de la normativa vigente. Generamos trabajo genuino, pagamos impuestos, y sostenemos una industria que ha sido clave en distintas regiones del país.
No vamos a permitir que se use el aparato judicial y mediático para perseguirnos y desprestigiar nuestro trabajo. No nos vamos a callar frente a este atropello.
Reafirmamos nuestro compromiso con la industria nacional, la transparencia y la verdad.
Tabacalera Sarandí